Hoy en día, la información telefónica ya no
es lo que era. Antes llamabas a cualquier lado y te atendía un ser humano,
persona o similar con la que te entendías a las mil maravillas. Quizá uno no
acababa resolviendo su duda, pero tenías la sensación de comprensión y de haber
avanzando en la investigación que cada cual llevase a cabo, incluso podías
llegar a ligar y todo, si uno poseía la verbigracia necesaria. Preguntas sobre
la alta o baja de un servicio, la dirección de un organismo público, el horario
de ésta u otra institución..., podías llamar donde fuese que siempre obtendrías
el calor de una voz personal, que para soledades muy estrictas venía muy bien.
Pero ahora no. La tecnología en su guerra sin cuartel contra los hombres, entiéndase
“hombres” como especie y no como género, nos tiene totalmente sitiados y casi
sin víveres, y nos está robando un terreno tan
nuestro como es el de la comunicación.
Así pues, al pulsar un número de
teléfono que cruelmente se anuncia como de “información” o “atención al
cliente”, uno se enfrenta a un desglosado menú de números a marcar
“endependiendo” con lo que se busque. Pulse “uno” si quiere esto, pulse “dos”
si quiere lo otro,...y así hasta el infinito y más allá, porque de las veces,
pocas, en las que identificas tú pregunta con una de las opciones, y esperas
tras esa primera elección encontrar la bella operadora ansiada, acabas
descubriendo que no, que de nuevo pasas a otro menú más pormenorizado y
específico. La mayoría de las veces uno acaba colgando, frustrado y sin
alcanzar la información deseada. Mentando “cagüens” y cosas así
Es enojante encontrar cada vez más
extendido este “servicio”, que éste vocablo,
y aquí , bien podría asemejarse a la acepción otra, la que se refiere al
lugar para la evacuación de inmundicias. Pues una idem es, esperar
inocentemente el trato humano, y encontrarse con estas horrendas grabaciones
que más que ayudarnos, nos confunden más y nos desesperan, nos dejan fríos y
aislados.
Y me pregunto yo, si este nuevo sistema
supondrá un ahorro al Estado, a la economía de la familia media española; o por
el contrario es el invento del tocapelotas de turno, que aburrido no tiene otra
cosa más que hacer que cargarse puestos de trabajo, que esa es otra, de
arrinconar a las personas al cajón de lo obsoleto, para dar paso a la flamante
chatarra que “solivianta la mano de obra”, a veces demasiado soliviantada.
Deberíamos declararnos en huelga y colgar inmediatamente, en cuantito
escuchásemos un: “Marque”... . Solo nuestra elección particular, que al sumarse
sería global, nos puede salvar de las injusticias y de las torturas que nos
imponen. ¿Qué opinan?
Si está de acuerdo conmigo pulse “uno”, si le
parece un error pulse “2”, ....
No hay comentarios:
Publicar un comentario