El tiempo es el camino por el
discurre la vida, pero a veces, ese camino se accidenta y la vida se detiene.
Se queda anclada en un momento, repitiendo la misma historia eternamente.
Comenzaba a caer aguanieve desde
el cielo de Madrid. Un cielo plomizo, sucio y gris. Las calles atiborradas de
gente y de coches, dificultaban un tráfico que impedía que el autobús que yo
esperaba cumpliera su horario. Yo tenía prisa, llevaba retraso con mi agenda de
compras y citas propias de la Navidad. Sólo me percaté de su presencia cuando
comenzó a hablar.
-Ese era el hotel Continental.
Una señora muy delgada, sentada
en la parada, se refería a la enorme mole de hormigón que configuraba el edificio del enfrente, y se erguía majestuoso al otro
lado de la calle.
-Sí, y la habitación que
reservábamos era la 209. Ahí en la segunda planta. Aquella ventana- señalaba.
La mujer ya peinaba abundantes
canas, y su cara mostraba arrugas, pero aun así dejaba intuir la belleza de una
juventud ya muy pasada. Su ropaje era elegante y de calidad, aunque pasado de
moda, con lo que también adiviné cierta clase y esplendor, que en otros tiempos
debieron ser admirados.
-Siempre ocupábamos la misma. Día
y mes en el que estuvimos juntos por primera vez: dos de septiembre-. No miraba
a nadie, sólo sus pupilas clavadas en el edificio que había cedido sus
funciones de supuesto hotel, a las de bloque de apartamentos y oficinas, con
una fría sucursal bancaria, y una hamburguesería en sus bajos.
En un movimiento de sus manos, me
percaté de que llevaba las muñecas vendadas. Tuve claro su trastorno y me
sobresaltó la duda de quedarme a escucharla, de viajar a su historia e intentar
rescatarla de su pasado, de su amor fallido, de unas promesas falsas, y un sueño
roto, pero mi autobús llegó. Yo miré el reloj y vi que se me hacía muy tarde. Me
esperaban. Mientras subía, no dejé de mirarla. Seguía hablando: -No, no, Manuel
no llamó más, y no dejó ningún mensaje en recepción, ninguna carta- volvía a sonreír.
-Sí, era aquella ventana, la
habitación 209- repetía su mantra.