La fiesta que dedicamos al
tiempo se celebró el 31 de diciembre a las 24:00 horas. Decidimos los que
estamos aquí, festejar un tiempo que se va y otro que viene. Con el ritual de
la danza, con los conjuros de la bebida y la comida, invocamos al más allá para
que sigamos manteniéndonos del mismo modo o mejor. La incisión de las doce uvas
es un hechizo común, que al ser así, de todos a la vez, ejerce mayor fuerza. Y
es que es ésta, una dimensión que se nos presenta inmanipulable e
incontrolable. Pasa a su ritmo sin prestar mayor atención al ser humano; y ante
su mastodóntico poder no tenemos más opción que darle las gracias, y, una vez
al año, rendirle honores, montarle el mejor de los festejos, la macrofiesta
mundial.
Muchas gracias tiempo. Tiempo concedido en este año
que se acaba. El 2003 un año que ya no volverá. Un tiempo pasado que al
recordar se convierte en sentimiento, en poesía. Un tiempo cargado de
emociones, las nuestras, las tuyas, las de cada uno. Lo bueno, lo malo, los
paseos con los amigos, las copas, los besos que nos dieron, que dimos. Todo
ello desaparece vertiginosamente en una espiral tiempuna que se lo lleva todo,
como el remolino de un río. Doce campanadas marcaron el fin de la cuenta atrás.
Y cada uno pensó en algo, recordó algo o a alguien: las manifestaciones por la
paz, la desintegración del Columbia, la guerra de Irak, las 62 víctimas del
Yak-42, el nuevo triunfo de R. Madrid en la Liga, el fichaje de Sir Beckham,
los siete agentes emboscados y asesinados, el compromiso del Príncipe. Imágenes
que impresionaron nuestras retinas y que ya forman parte de nuestra historia
común, mezclándose con los recuerdos personales de cada uno. El recuerdo de las
vacaciones, del caluroso verano, de las siestas envueltos en sudor y de lo bien
que nos sentó el baño fresquito de la piscina, de la playa, del helado de limón
a la brisa del atardecer. Los momentos apacibles de risa y emoción que la gran
pantalla nos brindó con genialidades como: Las horas, Chicago, Los lunes al
sol, El Retorno del Rey, The Matrix Reload…Gracias por todo ello, por todo lo
que nos llenó la vida, por un suspiro, una sonrisa, un llanto, un desengaño,
una esperanza, una ilusión. Los libros que leímos y las personas que conocimos
que ya forman parte de nosotros, al igual que los que se fueron y que nunca
olvidaremos. Adiós a Celia Cruz, Katharine Hepburn, Gregory Peck, Chumy Chumez
y muchos otros, capturados por el tiempo y arrastrados con él.. El 2003 se fue,
se nos dio y se deshizo dentro de cada uno de nosotros. Gracias a esto, gracias
al tiempo vivido y concedido y finalmente poseído. Gracias por un tiempo,
finito y valioso cargado de acontecimientos que cada uno amoldó y acomodó a la
forma de su mente, al tamaño de su memoria y de su corazón.
Y a partir de las doce de la media noche del surtidor
del tiempo comenzaron a brotar segundos, minutos , horas. Bebedlo con la misma
ansia que el agua en el desierto. El tiempo es tan fugaz como un cohete en el
cielo. Apenas empiezas a gozar de su resplandor , de sus chispas de colores, cuando
ya ha desaparecido.
En
el 31 de diciembre te bailamos y te reímos desde todos los rincones del planeta
para que nos trates bien y nos quieras. Tiempo todo poderoso, para ti las
guirnaldas, los adornos y los vestidos de lentejuelas, los brindis. A ti te celebramos,
para que no nos abandones y no dejes nunca de manar.
A
todos: BIENVENIDOS AL AÑO NUEVO.
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