martes, 4 de agosto de 2015

ESPAÑA DIFUNTA


No entiendo nada. Que viene a ser casi lo mismo, que el “sólo sé que no sé nada” de Platón. Y lejos de compararme con tamaño personaje, quiero venir a decir que “me lo pliquen”, quizá yo más cercana al Macario del Morenin. Y es que se acerca el día de difuntos. El día de Todos los Santos. Día para recordar, rezar y acompañar, si esto es de alguna etérea manera posible, a aquellos seres queridos que se fueron para más no volver.
 
Y ante tal fecha, esta mi pequeña España, porque en superficie física no es de poder alardear, anda de punta a punta enfrentada, blandiendo insultos, a garrotazo limpio y cóctel molotov en mano, porque no quieren parecerse los unos a los otros. Y cada cual defiende su autodeterminación, independencia y necesaria libertad de la que aseguran carecer, con tal férrea fuerza que en ocasiones se despachan una o varias vidas, para que así quitando el derecho sumo a otros, que es el derecho al propio aliento, imponer el supuesto suyo de hacer y decir como bien les parezca.



 
Pues en estas andamos, desgraciadamente, y resulta que llegan de fuera y nos la cuelan hasta la meninge y no solo no protestamos, sino que abrazamos la silenciosa invasión con entusiasmo y jolgorio, dando palmaditas en la espalada y saliendo todos de la mano a celebrarlo. Me refiero a la calabaza. A que te manden una carta del cole y te digan que tienes que enfundar a tu crío de esqueleto, de bruja o de diablo. Y que nadie proteste, muy al contrario no solo nos gastamos gustosos los cuartos en el disfraz, sino que alquilamos otro para nosotros, para pasar muy mucho de visitar cementerios, que son lugares muy tristes, y acudir a la fiesta discotequera en la que nos recibirán con un megacartel de HALLOWEEN, oigan. Todo rotuladito en la lengua de Shakespeare, o del Beckham, que al otro lo mismo no le conocen. Nada de gallego, bable, euskera o catalán. Y todos más contentos que un borrico en un maizal.
 
Llegados a este tipo de menesteres, desde el cabo de Gata hasta Finisterre, todos de acuerdo. Y nadie saca el baile de palos a relucir, ni la memoria histórica, ni el archivo de la guerra, ni Cristo que lo fundó. Y que tengamos que tragarnos arañas y vampiros por doquier, como pasa con el gordo de rojo en Navidad, que este es otro tema aunque parejo, no es tachado de opresión, ni de fascismo ni de nada de nada. Aquí todos felices como perdices. Mucho mejor someterse a la costumbre del otro que a la propia, a la de otros países que andan más listos basando su fuerza en la unión y a la expansión. ¡Ni punto de comparación!
 
Así que a los que nos empeñamos en seguir degustando los Huesitos de Santo, los Buñuelos de Viento, a los que nos dé por ir a visitar la tumba del abuelo para dejarle unas florecillas y  susurrarle alguna palabra al silencio, nos tacharán de antiguos y  raros como poco, y de reaccionarios, fachas y cosas peores a poco que te menees.
 
Me lo expliquen, reitero, porque me parece tan incomprensible como a un niño de teta una raíz cuadrada. Que parece que lo único que nos hermana a todos es la capacidad de estupidez infinita que posee el ser humano, que de eso andamos todos doctos.
 
Porque si nos ponemos a preguntar en una de las mencionadas fiestas halloweeneras que si conocen la obra de Zorrilla, propia de estas fechas, lo mismo nos encontramos con que nos señalan a la vecina, o nos narran de la de su barrio ávida en coleccionar amantes.
 
Aunque podemos consolarnos pensando que en algo estamos de acuerdo y marchamos al unísono, y mañana, las hordas de fantasmas y demonios harán parecer que queremos estar juntos y pretendemos sacar a hondear las semejanzas. Y en cuanto a lo de “Susto o Trato”, -que no sé si es así la frase, pero yo la adapto porque puestos a ser libres, me viene bien para mi escrito éste-, pues que queda claro, que deberemos dejarnos la piel en encontrar el acuerdo, porque el susto lo tenemos tan mentido en el pellejo, que de solo echar un ojo al panorama social, se ponen los pelos que ni apareciéndosenos el Apostol Santiago vestido de Michel Jackson en su famoso vídeo de zombis.
 
Aunque a todo llegaremos. Esperen a la resurrección de la carne. Esperen.

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