Esta mañana salía temprano a
pasear a mi perra, y me he topado en el rellano de la escalera con mi vecina
que esperaba el ascensor. Iba vestida de negro. –Se ha muerto mi suegra-, me ha
dicho. La he correspondido con el conveniente pésame y hemos bajado juntas,
comentado que se iban al pueblo al entierro y esas cosas.
En la calle también de negro,
aguardaba el marido. Con el gesto grave y los ojos cargados. También le
presenté mis condolencias. La esposa le ha cogido de la mano con una ternura y
un afecto infinitos. Cogidos así les he visto alejarse camino del coche. He
pensado que esa estampa era, y no otra, la imagen de un amor verdadero.
TIENE QUE SER, si ante el sentir, ver, la muerte, el otro no te ama dándolo todo, NUNCA TE AMÓ. Si te traicionó con cosas más simples y vanales, su amor es mentira.
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